Encontramos especies prácticamente únicas, como la gaviota de Audouin (Larus audouinii o gavina corsa, en catalán), el halcón de Eleonor (Falco eleonorae o falcó de la reina) o el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis o corba marina). Estas especies tienen en las islas sus únicos puntos posibles de nidificación en muchos kilómetros a la redonda. Y durante los pasos migratorios primaverales y otoñales, las Columbretes actúan como un portaaviones natural, permitiendo el reposo de las aves peregrinas entre Europa y África.
No es tan halagüeña la situación de la flora. De la antigua vegetación sólo perduran ejemplos de margalló (Chamaerops humilis), ilentiscle (Pistacia lentiscus) y aritjol (Smilax aspera). La acción antrópica ha dejado sentir su labor de destrucción, sobre todo por la introducción de animales domésticos por parte de los fareros.
Desde 1988, las Columbretes son parque natural de la Generalitat Valenciana, y en 1990 fueron declaradas reserva marina por el Ministerio de Agricultura. La reserva, con 4.000 hectáreas de superficie, es la mayor de España. Estas medidas han contribuido a que el pequeño paraíso que sin duda son las Columbretes pueda ser disfrutado ahora por los visitantes, que vienen hasta aquí a bucear o simplemente a comprobar la autenticidad del pregonado privilegio.
Leer artículo completo en elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario