21 abr 2013

La polémica del uso de biocombustibles y sus alternativas

Ya os he comentado en clase la polémica sobre el uso de alimentos básicos vegetales para la producción de biocombustibles por el encarecimiento de dichos productos.

Por ello, voy a hacer un refrito de artículos anteriores en este blog para tratar con más extensión este tema y sus posibles alternativas:

En un artículo muy interesante del número de noviembre de 2007 de la revista National Geographic de España se tratan los pros y los contras de los biocombustibles (bioetanol y biodiésel), donde se puede obtener una serie de datos que he resumido en el siguiente pdf:


Para más información visitad la siguiente web (en inglés). 

Por otra parte, la producción y consumo de biocombustibles, como el etanol, no contribuyen a la disminución neta de emisiones de efecto invernadero según los cálculos hechos sobre diferentes escenarios del mundo por dos equipos de economistas. Sólo en el caso de que se cultivara en terrenos baldíos la materia prima, como es el maíz o la caña de azúcar, las ventajas superarían a los inconvenientes.

Ver artículo completo en elpais.com


Leo en el suplemento especial Negocios del periódico El País un estupendo y extenso artículo sobre los pros y los contras, predominando estos últimos, del uso de los biocombustibles sobre aspectos fundamentales para la humanidad, como la seguridad, la alimentación mundial, el cambio climático, etc.

Por otra parte, se destaca el hecho de la disparidad en los costes de producción de los biocarburantes en países, como EE UU y la Unión Europea, respecto de otros como Brasil, lo que hace que pueda ser viable esta fuente de energía alternativa si se disminuyen los costes respecto de los combustibles fósiles.

Las malas cosechas de los últimos años, las escasas reservas de cereales, la subida del precio del crudo por encima de los 120 dólares, así como la fuerte demanda de los biocarburantes son los causantes de que se hayan disparado todas las alarmas. En el punto de mira está precisamente esta fuente alternativa de energía utilizada sobre todo en los países más desarrollados, que ha sido en buena parte causante de la subida de precios al servirse de cereales, semillas oleaginosas y azúcar. No se trata ni mucho menos de eliminarla, pero sí, como observa la FAO, de poner coto a los subsidios que reciben quienes la producen y a liberalizar por completo su comercio.

En otro artículo del mismo suplemento se analiza la situación actual y las previsiones futuras, parece ser no muy halagüeñas, sobre la producción de biocarburantes en España: ver artículo completo.

Los biocombustibles han pasado de héroes a villanos. En la cumbre de junio de 2008 de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) quedó claro que se han convertido en un factor de encarecimiento de los alimentos.


En 2008 se desarrollaron de forma significativa los biocarburantes de la segunda generación que se producen a partir de biomasa “lignocelulósica”, es decir, de desechos agrícolas (como la paja del cereal, el rastrojo del maíz, la celulosa de la caña de azúcar, la cáscara de los cereales, hojas…), resíduos forestales (restos de poda y tala de árboles) o cultivos energéticos ex profeso. Además se incluyen los conocidos como “biocombustibles sintéticos”, esto es, los que se obtienen a partir de la gasificación de biomasa (BtL, Biomass-to Liquid).

Últimamente se contempla otra alternativa, ya que se puede producir carburante a partir de microalgas, celulosa u otras materias no alimenticias y que se pueden cultivar en laboratorio. En España varias empresas, como Microalgas de Acciona, trabajan en la producción de biocarburantes a partir de microalgas. Estos seres unicelulares crecen más rápido que las plantas y son fáciles de manipular y se desarrollan en una gran variedad de medios acuosos, sin robar espacio a los suelos aptos para la agricultura.


Ya se comentó hace tiempo en este blog que la utilización de ciertos productos agrícolas básicos para la producción de biocombustibles ha traído el grave problema del encarecimiento de estos alimentos y, por tanto, un agravamiento del hambre en los países que dependen de esta materia prima.

El objetivo ahora se centra en lograr biocarburantes prácticamente de cualquier sustancia susceptible de reciclarse y utilizarse en su producción: parte no comestible de los vegetales, residuos forestales, paja de cebada, bacterias transformadas mediante biotecnología (el inevitable Craig Venter ya está en ello con su nueva empresa Synthetic Genomics), heces fecales, la fritanga o aceite refrito, etc.

Share/Bookmark

16 abr 2013

A.T.C., ¿un eufemismo terminológico?

¿Basura radiactiva?, ¿cementerio nuclear?, de forma mucho más general y "fina": gestión de residuos radiactivos, o de forma mucho más "moderna" y aséptica: A.T.C., es decir, Almacén Temporal Centralizado, pero ¿de qué es el dichoso almacén? que se construirá en Villar de Cañas (Cuenca), aunque un informe avisa del riesgo de posibles hundimientos en el terreno.


Hasta 1983 el mar fue el destino elegido para el vertido de residuos radiactivos. Hoy, son las piscinas de las propias centrales nucleares y mañana el Almacén Temporal Centralizado, que los albergará durante sólo 60 años. Muros de 1,5 metros de hormigón y cápsulas y tubos de acero inoxidable pretenden encerrar el material nuclear con seguridad.

Clic en la imagen para ampliar su tamaño


En España, los residuos radiactivos de baja y media actividad se almacenan desde 1961 en El Cabril, en la Sierra Albarrana (Córdoba). Los primeros bidones se depositaron en la mina de uranio que se había dejado de explotar en dicha sierra. Y hasta allí siguen llegando en transporte especial por carretera. Sólo desde 1986 hasta finales de 2008 El Cabril ha recibido 28.218 metros cúbicos de residuos de media, baja y muy baja actividad, según Enresa. Léase, herramientas, ropa de trabajo o instrumental médico.

Pero los que preocupan especialmente son los de elevada actividad. Éstos, formados por el combustible gastado en los reactores y otros materiales con niveles altos de radiactividad, son los que se llevarán al futuro ATC. Un almacén que tardará en construirse cinco años, tiempo en el que habrá que pagar a Francia unos 60.000 euros diarios a partir del 1 de enero de 2011 por los residuos radiactivos que les dejamos tras el incendio que hubo hace tiempo en Vandellós, así como otra cifra por los materiales del reprocesado del combustible gastado de Garoña, que están almacenados en Reino Unido.

Al futuro ATC irá todo el combustible gastado y los residuos de alta actividad de España, por lo que será un lugar, con una gestión única. En otras palabras, económico. Un almacén frente a siete, uno por cada una de las centrales nucleares (a los que habría que sumar los residuos de las que aún no se han desmantelado del todo). Y es que la saturación de las piscinas de las centrales es más que previsible. Cofrentes y Ascó para el año 2013, por ejemplo.

Ahora queda saber si es igual de seguro. El primer «pero»: su transporte. En España nunca se han trasladado residuos de alta actividad. Siempre han permanecido en piscinas o en los contenedores de las centrales nucleares. Por lo que el temor es comprensible. Ahora bien, en el mundo se han realizado más de 30 millones de kilómetros de transportes de residuos de alta actividad. Y, según Enresa, no se ha producido un incidente radiológico (o al menos no se ha informado de ello).

Pero lo que debe centrar toda la atención es que se trata de un almacén temporal. Y, ¿qué va a pasar con ellos después de 60 años? Pues que de nuevo habrá que trasladarlos a un almacén, esta vez definitivo, que permita su enfriamiento a lo largo de miles de años, y de difícil ubicación, aunque gana enteros el llamado Almacenamiento Geológico Profundo, pero quien sabe si dentro de décadas se encontrará una mejor solución.

Para más información sobre un A.T.C., podéis ver el siguiente vídeo de elpais.com y la infografía de El Mundo.
Share/Bookmark

2 abr 2013

Nuevos contaminantes en los ríos

Leyendo el número de este mes de la revista de la OCU-Compra Maestra me encuentro un interesante artículo sobre los contaminantes emergentes (especialmente los medicamentos) que están presentes en los ríos de nuestro país. Como hace poco tiempo hemos visto el tema de la contaminación hídrica y falta (creo) pocos días para el examen de la materia, me parece oportuno poner un extracto de lo más importante del artículo en cuestión, como las siguientes recomendaciones:
  • Los medicamentos, una vez caducados, deben llevarse a una farmacia con un punto SIGRE para que se incineren luego correctamente. No deben tirarse al váter o a la basura, ya que terminarán contaminando el agua. 
  • Aparte de los medicamentos, hay otras sustancias susceptibles de contaminar el medio ambiente, como los ftalatos, el bisfenol A o los retardantes de llama (HBCD), presentes en muchos cosméticos, envases de plástico y prendas textiles. Prefiera aquellos productos que garanticen su ausencia. 
  • Use los puntos limpios para aquellos desechos que no tienen contenedor, como el aceite, las pilas, los aparatos electrónicos o las radiografías. 
  • Compruebe que su población tiene depuradora y funciona. Todas las localidades con más de 15.000 habitantes debieran tenerla. Sin embargo, ciudades como Tarifa, Coín, Arenys de Mar o Nerja aún carecen de ella. 
  • Colabore a la salud de los ríos más cercanos a su población en la limpieza de los vados y las riberas. Reúna unos amigos y organice una excursión ecológica de recogida de residuos. O colabore con alguna organización local. 
Y el siguiente mapa sobre la situación en los cauces analizados por la OCU:

Fuente: OCU-Compra Maestra nº 380


Share/Bookmark
Related Posts with Thumbnails