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30 mar 2014

España al rojo vivo y lo que nos espera

Como estos días pasados estamos hablando en clase de aridez, sequía, desertización y otros temas relacionados con la climatología de nuestro país, creo que ha llegado la hora de recuperar dos artículos anteriores de este blog donde se trata un posible escenario climático nada halagüeño para España:

A pesar de estos últimos meses tan lluviosos, las previsiones climáticas para el futuro en nuestro país son cada vez más alarmantes. Según el informe Ensemble (51MB, pdf) (en inglés) de la Comunidad Europea, España está en la primera línea del frente del calentamiento y será el país europeo en el que más se reducirá la precipitación si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero.

El anterior secretario de Estado del Agua, Josep Puxeu, admite que la reducción de lluvias es evidente: "Ya se está viendo. Lo tenemos claro. Sin alarmismos, pero hay menos agua". La planificación hidrológica de las confederaciones hidrográficas incluyen que para 2030 habrá entre un 5% y un 14% menos de entrada de agua en los ríos, salvo en las cuencas del norte.

Ernesto Rodríguez Camino, jefe de Evaluación y Modelización del Clima de AEMET, uno de los centros del proyecto, señala que los resultados del informe implican para España "una reducción de la precipitación entre un 20% y un 25% a final de siglo" suponiendo un escenario medio de emisiones: "Es una disminución apreciable".

Los modelos de predicción del clima son más inciertos en cuanto a precipitación que en temperatura. Los científicos creen que sus proyecciones son mucho más fiables en el aumento de temperatura que en cómo afectará la subida de la concentración de CO2 a la lluvia. Mientras en buena parte de Europa aumentarán las precipitaciones (al hacer más calor se evapora más agua y llueve más), en otras caerá menos agua. El informe Ensembles, realizado entre septiembre de 2004 y diciembre de 2009 y dirigido por el Met Office británico, apunta más abiertamente al aumento de sequías que sus predecesores, de 2005.
Leído en elpais.com

Con seis grados más en verano, la Península será un lugar poco apetecible. Pues esa es la previsión para 2070 de un informe realizado para el Gobierno por 120 científicos españoles y que recopila la literatura científica publicada sobre la materia. El documento Clima en España: pasado, presente y futuro (informe Clivar, 20 MB en pdf) presenta "datos estremecedores" de incremento de la temperatura para España si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero.

Aunque se mantienen muchas incertidumbres en función de los modelos de predicción del clima utilizados, la media de los 16 modelos europeos coincide: más temperatura, especialmente en el trimestre de junio, julio y agosto, 5,41 grados más de media. El informe recopila también los registros instrumentales existentes. Entre 1901 y 2005 la temperatura aumentó en España "indudablemente", a un ritmo de 0,13 grados por década y de casi 0,48 grados entre 1973 y 2005.

Fuente de la imagen: "El clima en España: pasado, presente y futuro". Red Clivar España.
Clasificación climática de Köppen-Trewartha para clima presente (arriba: izquierda según la base observacional de CRU, derecha, según la media de los RCMs de PRUDENCE) según Castro et al. (2007a). En la parte inferior, cambio en dicha clasificación climática para el conjunto de modelos para clima futuro (2071-2100) para el escenario de emisiones A2 (izquierda), y proyecciones de cambio de los RCMs sumadas a la climatología observada CRU (derecha).

El mapa muestra un aumento importante de la temperatura para finales del siglo XXI cuyo patrón espacial se desarrolla según un gradiente norte-sur, con incrementos máximos cuanto más al sur, lo que apuntaría a una mayor aridez y tendencia hacia la desertificación en esa zona.

Sobre las lluvias, la última década ha sido la más seca de los últimos 60 años, pero en la Península siempre ha habido gran variabilidad de lluvias, en función de la intensidad de la oscilación del Atlántico Norte, la que hace que las borrascas del Atlántico entren por España o por el norte de Europa. Si los cincuenta fueron secos, los sesenta y setenta, húmedos, y ahora llevamos tres décadas secas.

El informe también se fija en los océanos: En la costa atlántica el calentamiento de las aguas varía desde 0,15 y 0,30 grados centígrados por década entre 1985 y 2005. En la cuenca mediterránea se registra, además, un incremento de la salinidad.

Fuente del texto: artículo de elpais.com

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12 oct 2009

Sobre los modelos y la política del cambio climático

Predecir el clima futuro requiere modelos matemáticos que incorporan complicados mecanismos físico-químicos, conocidos razonablemente bien, aunque necesitados de investigación para reducir incertidumbres. Los modelos existentes simulan correctamente la evolución climática hasta 1960, considerando sólo causas naturales, pero no predicen el incremento de temperatura de los últimos 50 años si no incluyen las EGEI (Emisiones de Gases de Efecto Invernadero). Se puede decir que la temperatura futura aumentará y que ese aumento se debe principalmente a las EGEI.

Distintos modelos y escenarios predicen incrementos de temperatura en 2100 entre 1 y 6 grados centígrados, margen demasiado amplio. Cualquier acción correctora debería ajustarse al principio de "precaución proporcional" que, ante la incertidumbre sobre un riesgo, aconseja no posponer la adopción de medidas efectivas y proporcionadas; o, según el profesor Schellnhuber, "gestionar lo inevitable hoy, para evitar lo ingestionable mañana". De no producirse cambios bruscos, parece razonable que las EGEI alcancen máximos en 2015 para intentar estabilizarlas en torno a 500 ppm hasta 2050.

El incremento "permisible" de temperatura se fija en 2 grados centígrados, que algunos científicos consideran el umbral superado en el cual los riesgos podrían ser irreversibles y potencialmente catastróficos.

La UE considera que los países desarrollados deberían mantener el liderazgo en la lucha contra el CC; ha dado ejemplo comprometiéndose a reducir las EGEI en un 20% en 2020, o hasta un 30%, si los países industrializados adoptan este objetivo común. Japón secunda esta postura proponiendo reducciones del 25%. Los itinerarios serían diferentes para cada país, según PIB per cápita, intensidad de emisiones y tendencias demográficas recientes. La UE estimularía significativamente I+D+i en tecnologías energéticas limpias y adaptación, con presupuestos en 2012 y 2020 doble y cuádruple, respectivamente, del actual.

China es, actualmente, el mayor emisor de CO2, aunque sus emisiones por habitante son entre cuatro y cinco veces inferiores (India emite 16 veces menos que EE UU y la UE la mitad). El presidente de la Comisión Europea ha percibido acertadamente que un diálogo con los Gobiernos chino e indio es ineludible. India propone crear grupos de trabajo con la UE sobre energía solar y modelos de cambio climático. China recuerda que sus emisiones dependen de la "transferencia de tecnología" con producción autóctona final.

Obama ha modificado la visión de su antecesor sobre cambio climático. Considera vital la legislación de control del clima, que, a su vez, aliviaría la dependencia de EE UU del petróleo importado. Su propuesta legislativa consigna reducciones de las EGEI del 17% en 2020 y el 83% en 2050 (un brindis al Sol) con respecto a 2005. La propuesta legislativa está teniendo dificultades. Se da por sentado que EE UU acudirá a Copenhague sin compromisos cuantitativos de reducción de las EGEI, ni propuestas de estrategias y financiación, condicionando los resultados del encuentro.

Leer el artículo completo en elpais.com

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