Diadema antillarum |
Aquí tenéis la traducción de un artículo portugués que he encontrado navegando por la Red:
Blanquizal es el nombre que recibe en las islas Canarias uno de los ecosistemas que, por desgracia, son cada vez más comunes en la zona infracostera del archipiélago. Ésta es la denominación que reciben los fondos rocosos que toman un color blanco por la acción de raspado de un erizo marino muy voraz y con una gran movilidad: el erizo de espinas largas o erizo de lima (Diadema antillarum). Su continua acción de raspado elimina la cubierta algal de las rocas y hace que sólo permanezcan algas marinas calcáreas, de color blanco, que son resistentes al raspado. Este erizo es una especie exótica que desarrolla una importante función en su lugar de origen (el mar Caribe), como es controlar el crecimiento de la vegetación que puede llegar a cubrir los arrecifes de coral y matarlos.
La aparición de esta especie en las aguas canarias está datada en los primeros contactos establecidos entre Europa y América, pero la explosión demográfica de la especie ha ocurrido en los últimos 50 años, a medida que la densidad de sus depredadores ha ido descendiendo, como ciertas especies piscícolas con interés económico (Diplodus sp., Bodianus scrofa,...) y otras que, sin tener interés económico, habían sido también afectadas por la sobrepesca (Chilomycterus atringa). Así, el Diadema antillarum es un competidor importante de especies herbívoras (Sparisoma cretense) de las aguas de las islas.
El blanquizal tiene una distribución muy amplia en estas aguas. En profundidad se encuentra desde 3 a 4 metros en las zonas protegidas, de 10 a 15 metros en las zonas más expuestas y hasta pasar de los 50 metros en muchas ocasiones. La densidad puede llegar a exceder los 10 individuos por metro cuadrado.
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