Es difícil que registre un temblor como el de Lisboa, pues ese tipo de fenómenos sólo se producen cada 2.000 años. Sin embargo, sí podrá rastrear el golfo de Cádiz en busca de la falla que provocó el tsunami. El desastre lo originó un terremoto de unos 8,5 grados que comenzó sobre las nueve de la mañana. Ocasionó grandes olas que destruyeron la ciudad y mataron a miles de personas. En poblaciones españolas como Cádiz o Conil, el mar retrocedió cientos de metros y luego regresó con olas de hasta 10 metros que dejaron muchas bajas y daños materiales. El impacto llegó hasta Inglaterra, Finlandia y el Caribe.
El GEOSTAR está dotado de varios instrumentos para medir diferencias de presión en el agua, movimientos de tierra y otros indicadores que pueden alertar de cambios sutiles. Interpreta los datos gracias a algoritmos específicos. Si el resultado indica la posibilidad de un tsunami, la información se envía en unos segundos a una boya que flota en la superficie y de ésta a agencias nacionales de protección civil y organismos como el Instituto Geográfico Nacional. GEOSTAR es la primera pieza de una red europea con otras nueve estaciones.
Fuente: publico.es
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