23 sept 2009

¿Otra cumbre climática abocada al fracaso?

Barack Obama rebajó ayer las expectativas de la futura cumbre medioambiental de Copenhague de diciembre, que debe actualizar el Protocolo de Kioto y de la que se esperan escasas decisiones concretas. Ni el presidente de EEUU ni el de China se comprometen ante la ONU a realizar reducciones concretas de CO2. Zapatero propone destinar un 0,7% del PIB al desarrollo de energías verdes.

Las negociaciones sobre el cambio climático adquieren especial relevancia en la reunión de jefes de Estado y Gobierno en Nueva York. El cónclave es previo a la Asamblea General del organismo y forma parte de varias cumbres en serie que culminarán en diciembre, en Copenhague. Ante la falta de compromiso de las principales potencias emisoras, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, planteó la necesidad de celebrar una nueva reunión en noviembre entre los dirigentes de los países más contaminantes. El texto obligaría al mundo a efectuar reducciones vinculantes en las emisiones de CO2 a la atmósfera para lograr que la temperatura suba sólo dos grados en este siglo con respecto a la época preindustrial.

El vencedor de las elecciones japonesas, Yukio Hatoyama, ha reafirmado su compromiso electoral de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% para el año 2020 con respecto a los niveles de 1990, lo que supone un reto más ambicioso que los de la Unión Europea y de EEUU. Japón es uno de los cinco principales emisores de CO2 y, por ahora, no ha cumplido sus compromisos con el Protocolo de Kioto, que le obliga a reducir hasta 2012 su cuota de polución por debajo del 6% de los niveles de 1990.

Entre otras medidas, China "aumentará la producción de las energías no fósiles [tanto renovables como nuclear] en torno a un 15% para el año 2020", dijo el presidente chino, que prometió además "acelerar los esfuerzos para desarrollar una economía verde, con una baja tasa de emisión de CO2, y acelerar también la investigación, el desarrollo y la aplicación de energías verdes". Pero, al igual que Obama, el mandatario chino dijo que la economía era lo primero: "Para los países en desarrollo la primera prioridad es el mantenimiento del crecimiento económico, la eliminación de la pobreza y la mejora de los niveles de vida".

Por otra parte, el G-8 se comprometió a tomar las medidas necesarias para que la temperatura media del planeta no suba más de dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales. Para ello, se compromete a reducir las emisiones en un 80% en 2050. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones contra el calentamiento global ya consideraban que este acuerdo es demasiado modesto, pues se fija en una meta muy lejana, el año 2050, sin establecer objetivos concretos para los próximos años.

Entre tanta palabra de los políticos, se alzó la alerta de un científico, Rajendra Pachauri, presidente del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés): "La ciencia nos deja sin excusas para no actuar. Los Gobiernos aprobaron el informe del IPCC, lo que significa que tienen conocimiento de él", aseguró. Pachauri garantizó que las predicciones apocalípticas ligadas al cambio climático puede evitarse si se estabilizan las emisiones de gases con efecto invernadero, lo que requeriría un coste prácticamente ridículo: un 3% del PIB mundial desde ahora hasta el año 2030.

Resumen de varios artículos de publico.es
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