Aunque no parezca evidente, la fuerza de la gravedad no es la misma en todo el planeta. La Tierra no es una esfera perfecta sino una pelota que se achata en los polos y engorda en el ecuador. Al estar más cerca del centro de la Tierra, una persona situada en el polo pesaría más que si se encontrase junto al paralelo ecuatorial. Diferencias así en el tirón gravitatorio se reproducen con distinta intensidad en todo el planeta, y estas fluctuaciones son las que capturará el nuevo satélite europeo.
Desde su posición en la órbita terrestre, el nuevo satélite de la ESA podrá escudriñar el interior de la Tierra. Uno de los factores que condicionan la fuerza que la gravedad ejerce en cada lugar es la composición del subsuelo. Con estos datos, los sismólogos tendrán una referencia más para predecir dónde puede golpear un terremoto. Algo parecido sucede con los volcanólogos ya que las fluctuaciones gravitatorias sirven para detectar movimientos magmáticos sospechosos bajo los volcanes. Las erupciones serán gracias a GOCE algo menos imprevistas.
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