Una empresa minera, la firma Nautilus Minerals, ha iniciado las obras para explotar el cobre extraído a 1.800 metros bajo el Mar de Bismarck. Así se abre una brecha en un consenso establecido en el marco de la ONU y por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, el que dice que estos fondos de aguas internacionales son "patrimonio común de la Humanidad", y sólo pueden ser explorados por ciertas empresas e instituciones científicas bajo estricta supervisión internacional.
Un conocido constructor de infraestructuras de petróleo, la firma Technip, trabaja en el proyecto y la firma de ingeniería minera británica Soil Machines Dynamics fabrica ya dos robots de extracción submarina de 190 toneladas, para el proyecto bautizado Solwara-1, en aguas situadas a unos 50 kilómetros al norte de la ciudad de Rabaul. Con la bandera de titanio rusa en los grandes fondos del Océano Ártico, y la presente OPA de la gran minería privada anglosajona casi en la otra punta del planeta, el principio mismo de unos fondos marinos patrimonio de la Humanidad, indivisible y no privatizable, así como la biodiversidad marina están en un brete.
Leído en el diario Público
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