31 ene 2019

Contaminación por campos electromagnéticos (CEM)

Para una correcta realización de la actividad sobre la controvertida CEM (Contaminación ElectroMagnética) debida a radiaciones no ionizantes, entre 0 y 300 GHz, os viene muy bien leer este artículo anterior:

Leo en la revista Agenda viva, de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, un artículo muy interesante sobre la llamada contaminación electromagnética (CEM o EMF, en inglés) y su posible repercusión sobre la salud de las personas. Dicha contaminación ha experimentado un incremento espectacular en los últimos años debido al desarrollo de las redes de comunicaciones y de sus infraestructuras asociadas.

Los equipos eléctricos que nos rodean, como la radio, la televisión, los hornos microondas, los tendidos eléctricos y las redes telefónicas originan campos electromagnéticos, radiación que en un nivel y en un tiempo de exposición determinados en el ambiente pueden producir daños tanto en personas como en ecosistemas, de ahí que se hable de contaminación electromagnética.

En el debate científico sobre este tipo de contaminación hay una gran polémica: Por una parte, un sector de investigadores plantea la no existencia de riesgo para la salud siempre que se cumplan los criterios de niveles del ICNIRP (International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection), la OMS y la normativa estatal vigente en España. Por otra parte, otros investigadores plantean la existencia de riesgos biológicos incluso a niveles muy bajos, siendo necesaria una revisión profunda de los niveles a que está expuesta la ciudadanía y de la normativa aplicable respecto de la salud pública.
The International EMF Project has been established to assess health and environmental effects of exposure to static and time varying electric and magnetic fields in the frequency range 0-300 GHz.

Más información (folleto en pdf)
Los efectos potenciales sobre la salud de la exposición a los campos eléctricos y magnéticos estáticos y variables en el tiempo necesita alguna aclaración científica. Los campos electromagnéticos de frecuencias variadas representan una de las influencias más comunes y de más rápido crecimiento  en el medio ambiente, sobre la que se están extendiendo noticias especulativas.

La exposición a los CEM se produce actualmente en diversos grados en todas las poblaciones del mundo, y los niveles continuarán aumentando a medida que avanza la tecnología. Por lo tanto, incluso una pequeña consecuencia sobre la salud de la exposición a los CEM podría tener un gran impacto en la salud pública.

Según la irremediable wikipedia, los diversos daños a la salud que se han investigado son de dos tipos:
  • Efectos térmicos: absorción de calor; se suele considerar que un efecto es térmico si viene acompañado por un aumento de temperatura corporal de al menos un grado. Suceden con intensidades de campo relativamente altas. El resultado es similar al generado por un golpe de calor: incluyen aumento de la tensión sanguínea, vértigo, cansancio, desorientación, cefalea, náuseas y, en casos extremos (con intensidades de potencia mayores que 1000 W por metro cuadrado), cataratas oculares, quemaduras y esterilidad. 
  • Efectos no térmicos o atérmicos; aquellos que no vienen acompañados por un aumento de temperatura. Se discute si serían causados, en caso de existir, por un mecanismo hasta hoy desconocido, o bien sigue tratándose, en última instancia, de una absorción de calor. Sucederían con intensidades de campo menores y aplicadas durante un largo plazo; entre ellos se incluye cáncer, enfermedades inmunes, cambios genéticos, arritmias cardíacas y daños neurológicos.

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