El primer proyecto obligará a las empresas energéticas a abastecer al 15% de las viviendas de todo el país con fuentes renovables. Además, se exigirá mayor eficiencia energética en la construcción, los electrodomésticos y los sistemas de distribución eléctricos, con lo que se espera disminuir las emisiones de dióxido de carbono. También se pretende promover la producción de etanol, su distribución en las gasolineras y la fabricación de vehículos que utilicen este biocombustible.
El segundo proyecto es el que tiene el futuro más negro, puesto que grava en el bolsillo de la industria petrolera, una de las más poderosas de Estados Unidos. Además, los textos aprobados no incluyen medidas que obliguen a la industria automovilística a fabricar coches que consuman menos.
La Administración Bush ya ha advertido que podría vetar la aprobación definitiva de estos proyectos cuando los textos del Congreso se unan al que ya aprobó en junio el Senado.
Extracto del artículo de "El País" del 6 de agosto de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario