31 mar 2016

¡Más madera!, como diría Groucho Marx, pero sostenible

Hoy en día, el mercado exige a los productos comercializados unos estándares de calidad y respeto al medio ambiente cada vez más elevados. Es a partir de la década de los ochenta del siglo pasado cuando la preocupación social e institucional hacia los temas medioambientales despega y los bosques comienzan a ser percibidos como un bien que debe ser correctamente gestionado.

En 1993 se pone en marcha el FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Administración Forestal), con el objetivo de crear un sello único que garantizase la credibilidad de la certificación a través de unos estándares de aplicación global y de acreditar a las entidades encargadas de certificar los bosques.
 A partir de 1998 surgen diversos movimientos que cuestionan el monopolio que supondría contar con un único sistema de certificación de la gestión forestal sostenible. Nace así el PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification o Programa de Reconocimiento de Sistemas de Certificación Forestal), como una iniciativa voluntaria del sector privado forestal dentro de un marco paneuropeo.

En España (datos de diciembre de 2015 en pdf) existen casi dos millones de hectáreas certificadas PEFC y más de 194.000 hectáreas certificadas FSC (diciembre de 2014). Por lo que respecta a la cadena de custodia,  a cierre de 2015 hay 786 empresas certificadas PEFC y varios cientos de FSC. Unas cifras que crecen año a año, poniendo de manifiesto que el desarrollo de las industrias forestales y de la madera pueden ser perfectamente compatibles con la sostenibilidad y el compromiso con el medio ambiente.


Superficie certificada PEFC en España

Superficie certificada PEFC en el mundo

Con la certificación de gestión forestal y de la cadena de custodia de Productos Forestales una empresa persigue los siguientes objetivos:
  • Demuestra que sus productos de madera provienen de explotaciones forestales sostenibles. 
  • Demuestra la producción responsable y consumo sostenible de productos de explotaciones forestales. 
  • Refuerza la confianza de los consumidores en sus productos. 
  • Permite a empresas y consumidores tomar decisiones de compra que benefician a los demás, al medio ambiente y proporcionan valor al negocio. 
  • Se asegura de que sus productos tienen calidad y obtiene una ventaja frente a la competencia mediante la racionalización de procesos y el ahorro en costes.
  • Demuestra su compromiso con la responsabilidad Social Corporativa, el medio ambiente, y la sociedad. 
  • Mejora su acceso a grupos y mercados objetivo, para los cuales la protección medio ambiental es una prioridad.

Lee el artículo completo en elpais.com
Y como dirían los hermanos Marx: ¡Más madera!:


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