No existe "agua sobrante" ni agua "que se pierde", eso es un invento de los políticos de turno, el cual es contrario a todos los argumentos científicos serios. Según varios expertos, si se llegara a realizar el trasvase del Ebro al faltar caudal, algunas de las consecuencias negativas podrían ser: salinización del río unos 15 kilómetros, desaparición del delta en unos 30 años y extinción de 2.000 especies de animales y plantas, 77 de las cuales ya están en peligro ahora. Por suerte, las últimas lluvias en la zona nordeste del país podrían evitar el trasvase previsto.
Las lluvias de los últimos días siguen llenando los embalses de las cuencas internas de Cataluña, que se encontraban ayer al 39,39% de su capacidad, casi diez puntos por encima que hace sólo diez días. Los pantanos internos llegaron a una situación crítica a principios de abril, cuando el nivel de las reservas se situó al 21% y, por lo tanto, a un paso de entrar en fase de emergencia, tal y como establecía el anterior decreto de sequía de la Generalitat.
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