25 may 2016

¿Ecoetiquetado o ecoconfusión?

El último apartado del bloque temático de Gestión Ambiental trata de los instrumentos utilizados para realizar dicha gestión. Como bien indica vuestro libro de texto, los instrumentos son de varios tipos: medidas legales, ayudas financieras I+D, medidas fiscales (ecotasas, desgravaciones fiscales), ordenación del territorio, la EIA (Evaluación de Impacto Ambiental) y la ecoeficiencia de las empresas y productos (ecoauditorías y ecoetiquetas). Relacionado con estas últimas, es este artículo de mayo de 2012 de la OCU:

Las etiquetas ecológicas o ecoetiquetas son símbolos que se otorgan a aquellos productos cuya producción y reciclado producen un menor impacto sobre el medio ambiente debido a que cumplen una serie de criterios ecológicos definidos previamente por el análisis de su ciclo de vida.

Los orígenes de las ecoetiquetas se pueden encontrar en la creciente conciencia global de proteger el medio ambiente por parte de los gobiernos, las empresas y el público en general. Inicialmente, sobre todo en los países desarrollados, algunas empresas reconocieron que esa conciencia global podía generar una ventaja competitiva para ciertos productos. Entonces se incluían etiquetas con expresiones tales como “reciclable”, “baja energía” y “contenido reciclado”.

Estas etiquetas atraían a los consumidores que las veían como una forma de reducir los impactos ambientales a través de sus hábitos de consumo. Sin embargo, se inducía a la confusión, ya que al no existir unas guías estándar y de investigación a cargo de terceras partes, los consumidores no podían asegurar la veracidad de las afirmaciones realizadas en los productos.

Fuente: revista OCU Compra Maestra nº 370, mayo 2012
Según un estudio de 2012 de la OCU (publicado en el nº 370 de la revista OCU Compra Maestra) sobre el ecoetiquetado:

"Por un lado, el significado de muchos de estos símbolos y logotipos no es suficientemente conocido por el consumidor. Por otro lado, abundan las ecoetiquetas que se conceden las marcas sin una supervisión independiente, así como los reclamos infundados o engañosos. Una indefinición que, a falta de una regulación legal que obligue a cumplir ciertos preceptos, no contribuye precisamente a generar confianza.
Al hacer nuestro estudio hemos podido comprobar la recurrencia de estos y otros problemas. Y es que más de la mitad de las alegaciones resultaron ser confusas o no se justificaban de ninguna manera. Sin embargo, el problema no se reduce al exceso de autodeclaraciones poco verificables, concretas y con poca o nula base científica. También reside en la escasa repercusión de etiquetas que sí suponen una garantía.

Mercadona nos brindó un buen ejemplo de esta problemática: pese a que todos sus productos de celulosa tenían la certificación FSC, dejó de imprimirla porque sus clientes no la identificaban. En lugar de eso, prefirió usar el logo de WWF (World Wildlife Fund), una organización que apoya el sistema FSC, y que resulta más familiar para sus compradores.

El caso es que seis años después de nuestro anterior estudio, subsisten muchas de las lacras ya descubiertas entonces, incluido un elevado grado de confusión por culpa de un gran número de etiquetas inútiles o con doble sentido y de la coexistencia de varias etiquetas diferentes para un mismo mensaje".

Tras revisar 116 productos y comprobar que 3 de cada 4 llevan alguna etiqueta medioambiental, pero que solo la mitad de ellas tienen alguna utilidad, la OCU exige adoptar algunas medidas:

• Una reglamentación bien definida de los sistemas de ecoetiquetado. Y que se regule legalmente cómo deben presentarse y en qué deben fundamentarse las alegaciones medioambientales.
• Armonizar las iniciativas de ecoetiquetado mediante un enfoque común para un mismo tipo de información.
• Promover la integración para evitar el absurdo de que existan etiquetas europeas, nacionales, autonómicas y hasta privadas para un mismo producto.
• Divulgar mejor y con total transparencia para poder identificar los productos con información ambiental y saber interpretar esa información.
• Llevar a cabo controles antes, durante y después de que un producto empiece a usar una certificación ambiental. Y que todas las etiquetas y autodeclaraciones inútiles desaparezcan del mercado.

Mucha más información sobre el ecoetiquetado en la web de  Eco Smes.

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