En algunos países del norte de Europa cada ciudadano paga en función de la basura que genera con distintas medidas: bien se distribuyen etiquetas para que cada ciudadano las pegue en su bolsa de basura y antes de volcar el contenedor en el camión, se pesa y la magnitud queda registrada en una base de datos; bien se pesa el contenedor y se cobra a la comunidad de propietarios; bien se venden bolsas especiales para basura general con un impuesto, de manera que cuantas más se utilicen, más se paga.
En España, la competencia de la recogida de basuras es municipal. Desde el ministerio de Medio Ambiente advierten de que "la clave de la buena gestión es la transparencia del ente municipal y que se diferencie la contabilidad de los residuos urbanos".Otra de las posibilidades que abre la directiva es que se establezca una tasa en función de la actividad y que los que más residuos urbanos generen, como por ejemplo restaurantes o grandes comercios, paguen en función de la cantidad, ya que no es lo mismo sacar un cubo de basura por bloque de vivienda que seis cubos de un comercio.
Por otra parte, el ministerio quiere promover la reutilización de aparatos. Así, una propuesta es habilitar en los puntos limpios lugares de acopio para aprovechar piezas de ciertos aparatos y destinarlas a un mercado de segunda mano.
Fuente: publico.es
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